La maldicion de los 13 años
ESCRIBE: DANIEL HUERTA
Vas a leer una historia realmente increíble, ocurrida hace no mucho tiempo, relacionada al mundo de las brujas y al ámbito del fútbol. Otra vez cobra sentido la frase "yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay".
La bruja en cuestión se llamaba Dora, y residía en Chascomús, provincia de Buenos Aires, cuando los dirigentes del Quilmes Athletic Club decidieron recurrir a sus servicios, porque les habían llegado comentarios sobre sus cualidades para la adivinación, los sortilegios, y los conjuros que podían ser utilizados en beneficio del equipo. Quilmes había descendido de categoría en el año 1991 y, tratándose de una entidad centenaria la dirigencia consideró que había que agotar esfuerzos para llevar a la institución otra vez a la primera división de los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino.
En 1994 el equipo venía desarrollando una campaña interesante, que lo encaminaba otra vez hacia el ascenso, y sin embargo los dirigentes del club "cervecero" visitaron a Dora para asegurarse el campeonato, y le pidieron que los ayudara. La mujer puso un precio elevado a su tarea, por considerar que se trataba de un trabajo especial, y pidió la mitad por adelantado. Al recibir la plata les vaticinó que Gimnasia de Jujuy (que tenía chances de arrebatarle el título a Quilmes) perdería por 3 a 0 en la siguiente fecha. Ese fin de semana Quilmes jugó de local con Deportivo Morón, que andaba entre los últimos de la tabla, pero el partido se suspendió cuando ganaba 2 a 1 y cayó una bomba de estruendo que hirió a un jugador del rival. Creer o reventar, ese mismo sábado los jujeños cayeron derrotados ante Douglas Haigh de Pergamino por... por 3 a 0, como había anticipado la bruja.
El lunes, Dora viajó hasta el club para buscar el resto del dinero, pero los dirigentes la trataron muy mal. Reconocieron que ella había acertado con el resultado de Gimnasia, pero la cuestionaron porque ellos, Quilmes, tampoco habían ganado (por la suspensión). La bruja abandonó las oficinas del club luego de lanzar la maldición más famosa del fútbol argentino: a los gritos, les dijo que iban a tener 13 años de mala suerte. El encuentro con Morón se completó una semana después, como se dijo, con el marcador favorable a Quilmes, que cuando pudo ponerse 3 a 1 arriba, marró un penal. Esto agrandó al visitante, que terminó dando vueltas el marcador y ganando 3 a 2. Dos fechas más tarde, Gimnasia de Jujuy se consagraba campeón y lograba el ansiado ascenso.
Allí comenzó a hablarse de la maldición de Dora, pero los dirigentes le restaron importancia a esa posibilidad. Sin embargo, todavía faltaban cosas increíbles por suceder. Hubo campañas mediocres que siguieron a esta última, pero en los años 2000 y 2001 estuvieron tres veces a un paso de lograr el objetivo de volver a la división mayor: la primera chance fue una final por el primer ascenso ante Huracán, luego la reválida por el segundo ascenso ante Los Andes, donde Quilmes ganaba como local y, faltando casi 10 minutos sufre el empate de Los Andes, y finalmente la promoción ante Belgrano de Córdoba. La sombra de la bruja Dora volvió a aparecer entonces, por el partido ante los cordobeses, porque había ganado 3 a 1 el partido de ida, y en la revancha Belgrano le ganaba 2 a 1 y no le alcanzaba, cuando ya habían pasado los 90 minutos de juego, y en el minuto 95 el "pirata" clavó un gol de tiro libre que dejó afuera a Quilmes. La maldición ya era una realidad.
Ahora sí preocupados y con razones, los dirigentes de Quilmes viajaron a Chascomús para completarle el pago a la bruja, pero cuando preguntaron a los vecinos, se enteraron de que Dora había fallecía casi un año atrás. Quisieron oficiarle una misa y dejarle un ramo de flores en el cementerio para intentar un desagravio, pero al mismo tiempo Quilmes dejaba escapar otra chance en semi finales contra Nueva Chicago. En la temporada 2003/04 el "cervecero" realizó una notable campaña, alcanzando un invicto de 8 meses en su estadio, y superando en finales a Argentinos Juniors. Por fin Quilmes recuperaba su lugar en Primera División. Pero los festejos no impidieron que alguien recordara ese día en las oficinas del club, cuando Dora lanzó la maldición. Haciendo números, desde el descenso de 1991 hasta recuperar la categoría en 2004, habían pasado exactamente 13 años.
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