No era de creer en esas cosas
Ana no se olvida del miedo que sintió su padre cuando contó algo que vivió hace cinco o seis años. De manera textual, dijo que "después de esto, mi padre cree en cualquier cosa...". El relato cuenta que, una noche, viajando hacia el interior de la provincia, este hombre y una amiga se encontraron en medio de una tormenta, comenzando a llover copiosamente, haciendo imposible seguir manejando por la ruta. Entonces, por precaución, desviaron hacia la banquina, adentrándose lo necesario como para encontrar un lugar tranquilo, y así esperar que pasara el aguacero.
La lluvia no paró casi hasta el amanecer, y cuando comenzó a aclarar sintieron "un terrible golpe" en la luneta del automóvil, y medio dormido por el cansancio, el susto lo despertó. El padre de Ana abrió la puerta y salió a ver qué había pasado, pensando que le habían arrojado con una piedra, pero cuando llegó a la parte posterior del vehículo se encontró con la marca de una mano "inmensa" en la luneta. El tamaño desproporcionado de esa mano hizo estremecer al hombre, que aprovechando las primeras luces del día miró alrededor, dándose cuenta de que toda la noche la habían pasado al lado de un cementerio.
Rápidamente volvió a ingresar al coche y le comentó a su amiga adónde habían estacionado, y ella con temor le dijo "vámonos, porque esto debe haber sido una advertencia...". Creyendo que estaban cerca de volver a la ruta, el papá de Ana puso en marcha el auto, pero, a poco de andar, se dio cuenta de que se habían desviado un poco más de lo calculado, y cuando quiso salir del camino de tierra hacia el asfalto, se le cruzó lo que él pensó que era un pájaro, porque no tenía una forma definida, volando hacia el cementerio, y como si se desvaneciera en el aire en pleno vuelo.
Durante su relato a Zona Negra, Ana insistió en aclarar que su padre no era de creer "en esas cosas", pero que aquella vez lo comentó con mucho miedo, confesando que después de ver aquel supuesto pájaro, su padre (que es un policía retirado) se puso en marcha a toda velocidad, alejándose del cementerio.
